Concepto de Estado-nación
Para conocer el origen y las características del Estado mexicano empezaremos explicando el concepto de “Estado” y su desarrollo histórico.
¿Has escuchado hablar o has leído algo acerca del Estado? Diariamente se difunde en radio, televisión y prensa notas que tiene que ver con el Estado, pero alguna vez te has preguntado ¿Qué es el Estado? ¿Qué elementos lo integran? ¿Cuál es su importancia? y la más importante: ¿Qué relación tengo yo con él? preguntas fáciles de hacer, pero difíciles de contestar.
Observa las siguientes imágenes y anota en el espacio en blanco el nombre del documento que representa y la institución que lo emite. Después haz clic en comparar.
Como te diste cuenta, el Estado y sus instituciones tienen mucho que ver contigo porque te reconocen como mexicano con todos los derechos y obligaciones.
Por ello Georges Burdeau dijo: “nadie ha visto jamás al Estado, pero ¿quién se atrevería a negar su existencia?”. El concepto Estado fue utilizado por primera vez por el italiano Nicolás Maquiavelo como lo stato para designar la organización política. De acuerdo con Perry Anderson el Estado “es una forma de organizar el poder” por una clase social, en una sociedad en un tiempo y lugar determinado. El Estado moderno está íntimamente relacionado con el surgimiento de la burguesía y la aparición del capitalismo: surgió en la Europa medieval, se consolidó durante el periodo de la monarquía absoluta (siglo XVII y XVIII) como Estado absolutista y se fortaleció a partir de las revoluciones burguesas (fines del siglo XVIII y XIX).
Haz clic en cada uno de los elementos que conforman el Estado:
En el aspecto político, la nación es entendida como el conjunto de sentimientos de pertenencia que incluye una misma lengua, costumbres, tradiciones y cultura que cohesiona a una sociedad y la hacen diferente a las otras naciones. La formación de la nación requiere de dos cosas: por un lado, el desarrollo de un pasado común, de una historia compartida, y por otro, la creación de símbolos de identidad que se colocan por encima de los intereses particulares. La unión de ambas conforma un marco de conciencia y un sentimiento nacional que integra a la sociedad.
El Estado nacional se refiere entonces a la organización política de la nación, por lo que Estado y nación son como las dos caras de la misma moneda; uno no puede existir sin el otro. El Estado nacional es una dominación legal de un grupo social (la burguesía) fundamentada en la ley y el derecho, por lo que requiere la existencia de una Constitución, como el documento donde se establecen los principios fundamentales que organizan una sociedad en cuanto a:
La vida política se refiere a la forma de gobierno e instituciones que la rigen.
La vida social se refiere a las garantías, deberes, derechos que tienen los ciudadanos de una nación como salud, educación, etc.
La vida económica alude a la existencia de la propiedad privada, derechos laborales, de asociación, etc. de los ciudadanos
Desde el punto de vista cultural, Benedict Anderson menciona que la nación es una comunidad política imaginada como inherentemente limitada y soberana. Es imaginada porque los integrantes de la nación, por más pequeña que sea, no conocerán jamás a la mayoría de sus compatriotas, no los verán ni oirán siquiera hablar de ellos, pero en la mente de cada uno vive la imagen de su comunión. Es limitada porque tiene fronteras limitadas, aunque elásticas (porque pueden ampliarse o reducirse).
Es soberana en oposición a la monarquía, cuyo monarca tenía legitimidad por designación divina. La garantía y el emblema de esta libertad es el Estado soberano. Finalmente se imagina como comunidad porque, independientemente de la desigualdad y la explotación de los integrantes, la nación se concibe siempre como un compañerismo profundo y horizontal: “Es esta fraternidad la que ha permitido, durante los últimos dos siglos, que tantos millones de personas maten y, sobre todo, estén dispuestas a morir” (Anderson, 1993: 25).