Finanzas públicas

Finanzas públicas en la segunda mitad del siglo XIX

La existencia de muchos mercados autónomos alrededor de las haciendas,  las minas y los pueblos, la economía de autosuficiencia, la falta de sistema fiscal o de impuestos, los gastos administrativos (ejército, burocracia, etc.) y las deudas públicas heredadas desde la Independencia hacían que a mediados del siglo XIX las finanzas públicas se encontraran en cifras rojas, se gastaba mucho más de lo que ingresaba en el Tesoro Nacional. Los gobiernos liberales tenían la posibilidad de implementar un sistema fiscal moderno que sería un proyecto a mediano y largo plazo o recurrir al endeudamiento para obtener recursos de manera inmediata y así resolver el déficit presupuestal.

 

Una reforma institucional importante fue la abolición de las alcabalas a nivel federal. A pesar de que se había intentado realizar con la Constitución de 1857, muchos estados se opusieron para salvaguardar ese ingreso fijo así como para defenderse en contra de la centralización fiscal que restaba poder a los estados federativos. Así el Estado federal se aseguró recursos fiscales y logró diseñar un mercado nacional liberado de las contribuciones regionales y locales. Se estima que el presupuesto en 1861 era de 9.9 millones de pesos y los gastos por 15.5 millones, lo que implicaba un déficit de 5.6 millones. En el mismo año la deuda externa se calculaba en 62.2 millones y la deuda interna en 92.8 millones.

Los liberales intentaron convertir la deuda pública, mientras que los conservadores buscaron resolver la crisis con el alza de impuestos arancelarios, siendo este el recurso más importante en los años cincuenta del siglo XIX. El fracaso de estas iniciativas llevó a los gobiernos liberales a implementar las reformas liberales.

La venta de los bienes de la Iglesia y de las comunidades indígenas hizo crecer el erario mexicano: la venta de bienes eclesiásticos produjo 23 millones de pesos y la de terrenos públicos 117 millones de pesos a lo largo de 30 años.* Sin embargo, benefició aún más a los grandes propietarios, ya que el Estado había dado muchas facilidades para acelerar el proceso de privatización de los bienes raíces mexicanos como descuentos y liquidación de intereses.

Dedudas acumuladas

Deuda del virreinato (1822) Déficit fiscal de Iturbide Abolición de la inquisición (1813) Fondo piadoso de Californias *
$45 000 000 $300 000 $1 500 000 $631 057
 

La deuda externa de la nación ha sido un problema desde su fundación y en esta etapa, la guerra ahondó la crisis de la deuda por la acumulación de créditos para sufragar el enfrentamiento bélico entre liberales y conservadores y posteriormente en contra de los franceses.

Los liberales y conservadores buscando recursos:

 

El 29 de mayo de 1861 el presidente Benito Juárez expidió el “Decreto de Moratoria” mediante el cual comunicó a los acreedores de Francia e Inglaterra una moratoria de dos años al pago del servicio de la deuda externa. El monto era de 50 millones de pesos en el caso de los tenedores de bonos británicos y de 12 millones de pesos, en el de los acreedores de Francia. La deuda externa total del país alcanzaba los 6.6 millones de dólares. Ese decreto de Juárez detonó la intervención tripartita Inglaterra-Londres-España.


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Tras la derrota del Imperio de Maximiliano, los ingresos federales seguían dependiendo únicamente de las aduanas y por ello, el secretario de Hacienda José María Iglesias (1823-1891) ingenió nuevas formas para hacer crecer los ingresos: se redujo el ejército de 80 mil a 20 mil efectivos (hasta este momento representaba el 70% del gasto federal), se siguió la política nacionalizadora de bienes raíces de “manos muertas” y también se confiscaron bienes de gente que se consideró traidora por colaboración con el Imperio.

El siguiente secretario de Hacienda, Matías Romero, se concentró en el saneamiento de las finanzas en cuatro rubros:

  1. Recaudación de impuestos: buscó obtener recursos con impuestos sobre papel sellado, el timbre y la propiedad raíz no explotada.

  2. Fomento de la actividad económica: se propuso abolir las alcabalas que impedían la libre circulación de los productos, buscó la exportación libre de oro y plata en pasta.

  3. Administración de los recursos del erario: planteó la creación de un banco nacional que emitiera la moneda.

  4. Resolución de la deuda externa: trató de reducirla por medio de la amortización de títulos.

 

Así, aunque existía formalmente el Estado federal, el gobierno centralizó cada vez más las tareas administrativas y económicas del Estado. Mediante la recaudación de impuestos, los ingresos fiscales pasaron de 15.8 millones de pesos en 1870 a 43 millones en 1890 y 111 millones en 1910. Como complemento de los ingresos fiscales el gobierno recurrió al endeudamiento externo que fue nuevamente posible tras renegociar la deuda externa con las potencias entre 1883-1888. En el año 1894 se logró por vez primera un superávit (mayores ingresos frente a los gastos) con la administración José Yves Limantour y así se podían conseguir créditos con tasas de interés más bajos por vez primera.

Deuda pública mexicana 1868-1910 (millones de pesos)*

Años Interior Exterior Total Deuda/Ingreso 1
1868 75.3 67 142.3 9.4
1880 51.3 76.2 127.5 4.9
1885 81 60.1 141.1 4.9
1890 86 55 141.1 3.9
1895 65.5 87.8 153.3 5.7
1900 61.7 112.4 174.2 5.5
1905 65.8 155.2 221 4.3
1910 67.7 149.9 217.5 3.9

Número de ingresos federales anuales para cubrir la deuda pública total

 

Carmagnani señala que “la evolución de la deuda pública nos dice que la deuda interna, la que se expresa en pesos plata, se redujo, mientras la deuda externa, pagadera en oro, aumentó, especialmente a partir de 1895.” *

Billete de 20 pesos de 1910.

 

Durante el Porfiriato la administración de los recursos nacionales se hacía con participación pública y privada. El Banco Nacional Mexicano, fundado en 1882, se fusionó con el Banco Mercantil Mexicano y dio origen al Banco Nacional de México en 1884. En este banco participaba capital mexicano y español, y tenía las siguientes funciones: recaudaba impuestos, otorgaba préstamos y anticipos al gobierno y se encargaba de la Tesorería General.

 

A cambio de un préstamo de 2 millones de pesos a México, éste concedía a los norteamericanos, el libre tránsito por el Istmo de Tehuantepec con privilegios comerciales  y con posibilidades de intervención militar en caso de ser necesario. Eso no fue aceptado por el senado norteamericano.

 
 

Los conservadores contrataron un préstamo con el banquero suizo Jecker con la idea de apoyar su lucha contra la Guerra de Reforma. Se les entregó una fracción con la promesa de ser pagada cuando triunfaran, pero eso no sucedió. Terminó siendo deuda del gobierno liberal, lo que desacreditó y aumentó las reclamaciones contra el gobierno mexicano, así como con sus deudas.

 
 

El C. Benito Juárez, Presidente Interino Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, a todos sus habitantes hace saber:

El C. Benito Juárez, Presidente Interino Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, a todos sus habitantes hace saber:

  • Artículo 1°. El Ejecutivo está autorizado para poner en circulación forzosa los títulos (escrituras) de capitales nacionales impuestos sobre inmuebles rurales y urbanos, en cantidad suficiente para que le produzca el millón de pesos a que se refiere el decreto del 20 de los corrientes, con un descuento que puede ascender hasta el dos por ciento mensual.

  • Artículo 2°. Se suspenden, durante un año los pagos a los acreedores del Tesoro Nacional, exceptuando la deuda de la conducta de Laguna Seca y de las convenciones diplomáticas; durante este tiempo, el Congreso de la Unión promulgará las leyes de crédito público, de supresión de las aduanas interiores y alcabalas, de la reforma de la tarifa y de la implantación de la contribución directa.

  • Artículo 3°.El Ejecutivo presentará una iniciativa de arreglo para la suspensión de las convenciones diplomáticas, dando cuenta del resultado al Congreso para su aprobación.

  • Artículo 4°. Fuera de las excepciones que establece el artículo 2°, el Ejecutivo no podrá hacer más que pagos de administración. Dado en la sala de sesiones del Congreso de la Unión, el 29 de mayo de 1861.

José María Aguirre, Diputado Presidente.

Guillermo Valle, Diputado Secretario.

E. Robles Gil, Diputado Secretario.

 

Alumno: