Calificación

En este apartado se verá lo relativo a la escuela y las implicaciones de la tecnología en la formación del alumno.

Actualmente la sociedad en la que se desarrolla el ser humano privilegia el conocimiento y la técnica. Una sociedad que emplee y desarrolle técnicas más eficientes y especializadas y que, por lo tanto, posea y desarrolle más conocimiento, será una sociedad que se desarrolle más rápidamente que otras. Además que, social, política, económica y  educativamente también tendrá consecuencias para los habitantes.

Es por ello que la escuela, siendo un grupo secundario que socializa y además forma a los jóvenes en tanto que estudiantes, tiene como uno de sus objetivos, el brindar a los estudiantes los conocimientos necesarios, así como las técnicas necesaria para que los egresados puedan incorporarse al mercado laboral de forma más especializada que los que poseen estudios truncos.

La escuela, en tanto que institución, debe cubrir el programa y planes de estudios institucionales que le marcan. Así como los profesores deben seguir estos lineamientos y debe lograr que el alumnado concrete los aprendizajes significativos de cada materia.  De igual manera, los alumnos deben cumplir ciertos requisitos (marcados por el profesor y la institución) para que sean aprobado en la materia y así, poder concluir satisfactoriamente y con éxito el nivel de estudios que cursen. A ello, se le llamará calificación.

Hablar de calificación es un  tema sumamente complejo, pues la gran interrogante es: ¿la calificación, ya sea en número o letra, realmente evalúa al estudiante de manera integral? En la calificación habrá elementos tan objetivos como asistencia, trabajos, tareas, exposiciones, ejercicios. Así como otros más subjetivos, comportamiento del estudiante, que se irán sumando hasta que al final arroje una calificación .

¿Qué es lo que evaluará el profesor y cuánto equivaldrá de la calificación final? En el Colegio de Ciencias y Humanidades es un ejercicio que se conforma de la reflexión y la participación del profesor y del estudiante, pues al interior del aula son los actores principales en la enseñanza-aprendizaje.

Cambio tecnológico y profesiones

Como se ha visto a lo largo del presente trabajo, la escuela constituye un espacio donde los estudiantes adquieren nuevos conocimientos, y donde reafirman o modifican algunos más que les fueron enseñados en otras instituciones sociales. La escuela, por lo tanto, es un agente más de socialización donde se le inculca al estudiantado la importancia del orden, de la puntualidad, el sentido de disciplina, la exigencia de rigor en el quehacer científico y/o la importancia del éxito en una sociedad competitiva. Y es justamente esta última idea (éxito en una sociedad competitiva) la que se habrá de abordar a continuación.

Estudios como el de Jencks et al., parten del hecho que la educación no es una influencia a favor de la desigualdad económica, sino al contrario. La educación moderna debe entenderse, según los autores, como respuesta a las necesidades económicas del capitalismo industrial.  Las empresas industriales necesitan de ciertas formas de comportamientos en sus trabajadores. Tales como: capacidades técnicas, respeto por la autoridad, disciplina que son aprendidas en la escuela. Existen, en ambas instituciones (escuela y empresa) paralelismos que se aprende en la primera y se refuerza en la segunda, tales como: las relaciones de autoridad y control en la escuela son jerárquicas, los mecanismos de castigo y recompensas, son similares a las que impregnan al mundo laboral. No obstante, gracias a la educación en masa el analfabetismo ha disminuido y la calidad de vida se ha visto elevada.

La escuela en tanto que institución socializadora de los individuos en sociedad, también cumple con una función sumamente importante: otorgar los conocimientos y técnicas que permitan que los estudiantes se integren al mercado laboral.  ¿Cuál es, entonces uno de los retos que debe superar la escuela? Brindar los conocimientos y técnicas adecuadas y novedosas para que los egresados, obtengan un trabajo y además sean útiles en su sociedad. Además de consolidar una educación basada en relaciones sociales democráticas, no autoritarias y verticales como en la enseñanza tradicional. Relaciones que, se debe subrayar, son las que plantea el Modelo del Colegio de Ciencias y Humanidades.

Actualmente el desarrollo de las sociedades es paralelo al desarrollo tecnológico, pues la tecnología permea todos los espacios donde nos desarrollamos. El mundo moderno depende de una constante comunicación, o interacción entre personas muy separadas entre sí. Los cambios en la difusión de la información y en las tecnologías de la información forman parte del desarrollo de las sociedades modernas tanto como de cualquier otro aspecto de la producción industrial. Los medios masivos de comunicación intervienen en muchos aspectos de las actividades sociales, como por ejemplo, en la educación.

Para la mayor parte de países pobres, la educación es “una continuación de la estructura de la metrópoli, lo mismo que la economía, la política y la estructura social”5. México no es la excepción aunque la educación también ha sido “uno de los pilares de la legitimidad política de los gobiernos posrevolucionarios”6. En términos generales la educación presenta cinco funciones sociales:

  1. Económica: instruye y califica a la fuerza de trabajo para que se incorpore al sistema productivo y a los distintos niveles de poder social.
  2. Política y de control: pretende que todos los individuos compartan una misma cosmovisión del mundo para mantener en orden a la sociedad. Esta medida produce el consenso social y político que garantizará la permanencia de las estructuras sociales.
  3. Socializadora: interioriza en los individuos normas, valores y comportamientos, “conforme a las formas de organización social establecidas por las estructuras de poder predominantes” 7; así, los egresados podrán insertarse a la vida social.
  4. De selección: el sistema escolar reproduce la estratificación social desde el orden académico, que es jerárquico y que promueve una cultura meritocrática que otorga beneficios de retribución, poder y prestigio; respondiendo con esto a la dinámica social de inclusión-exclusión.
  5. Cultural e ideológica: transmite conocimientos, valores, conductas y formas de pensamiento a través de una ideología que responde principalmente a la hegemonía de grupos y clases que detentan el poder.

Ahora bien, no se debe perder de vista que la escuela actualmente se contextualiza en la globalización, ¿qué implicaciones se derivan de esto?

Con la caída del bloque socialista, el capitalismo experimentó en las tres últimas décadas una reestructuración conforme a su necesidad de acumulación, concentración y centralización de capital. Las Corporaciones Trasnacionales (CT) acrecentaron su hegemonía, a través de la Globalización, fenómeno que entrelaza todas las economías del orbe8, expandiendo una economía de libre mercado en aquellos lugares exsocialistas y en las regiones y países en los que ya tenían una sólida influencia.

Conceptos como excelencia y calidad pasaron de ser definiciones relacionadas con la productividad a aplicarse en todos los sectores sociales; convirtiéndose en parámetros de inclusión y exclusión social que obedecen a un nuevo proceso de integración mundial.

En este contexto, excelencia significa un desempeño individual realizado al máximo dentro de un ámbito de competitividad; definición que denota un mayor parecido con “la organización empresarial que pretende la obtención de altas utilidades y un crecimiento constante y sostenido”9. Si el neoliberalismo pretende una integración mundial, sus parámetros de calidad son su principal medio para estandarizar los procesos sociales: libre mercado y la modernización de la economía, política y cultura.

En el sector cultural, la estandarización pretende insertar los parámetros de la  modernización y el progreso capitalista con el fin de implantar una cosmovisión homogenea del funcionamiento social. El arraigo de esta cultura, con sus campañas propagandistas como el American way of life, es aprovechado por el neoliberalismo fortificando la idea de que el desarrollo social se obtiene por medio de las aptitudes “naturales” de cada persona, enalteciendo la importancia de la propiedad privada, como la base de la inclusión y el privilegio social; asimismo reduce la práctica y la idea integral del individuo en el desarrollo colectivo, por lo que también asienta un individualismo que por un lado evita la convivencia social y por el otro mantiene controladas las diferencias culturales.
En este mismo sentido la educación se ha modernizado. En muchas instituciones educativas se ha implantado un modelo empresarial cuyos principios básicos ya no son: “la patria o el Estado nacional, sino el Estado global; no el mercado nacional, sino el mercado mundial; no el ciudadano patriótico y democrático, sino el trabajador de maquila de las empresas transnacionales, el consumidor de las mercancías transnacionales y el ejecutor político de los dueños de la aldea global”10

Así es como la escuela lejos de cumplir con sus funciones de socialización que los Estados interventores le habían asignado, ahora ha incorporado en sus enseñanzas, aprendizajes activos (genéricos e intelectuales) con un mayor vínculo con el desarrollo industrial del mundo globalizado. Es decir, si anteriormente la mayor parte de los conocimientos se enfocaban a contenidos teóricos-conceptuales, en la actualidad los conocimientos están dirigidos a promover habilidades productivas.
En esta nueva dinámica, las instituciones educativas son concebidas como servicios que son capaces de construir determinado consenso social con una ganancia (productos tecnológicos, fuerza de trabajo especializada y socialización); con esto, favorecen principalmente a los sectores más dinámicos del mercado. Y es a partir de estas necesidades que la reforma educativa ha sido encauzada para quitarle a este sector, el carácter de derecho social y público que el Estado social (Benefactor, interventor y socialista) había construido.

En el terreno de la educación, el neoliberalismo globalizador derivó en un proceso general en que no sólo busca privatizar los servicios y los materiales didácticos, sino determinar cuantitativa y cualitativamente las necesidades y los objetivos del saber y el saber hacer. Al efecto, señala los lineamientos generales para adaptar planes y programas a las necesidades de las empresas y a su objetivo fundamental de acumulación de riquezas y maximización de utilidades”11.

En este contexto, la educación se ha convertido en pilar de las reformas políticas, sociales y económicas por medio de la Sociedad del conocimiento o información que promueve por un lado, la formación del capital humano (capacitación laboral), de acuerdo a sus niveles educativos de educación básica (mano de obra no calificada), educación media superior (trabajadores sub-especializados), y educación superior (obreros especializados); por otro lado, fomenta la producción científico-tecnológica, principalmente en “la biotecnología o revolución genética… nanotecnología o exploraciones espaciales… y los recursos computacionales”12.