Introducción
El 14 de julio de 1789 es, sin duda, una fecha que modificó el curso de la Historia. La toma de la Bastilla se ha considerado tradicionalmente el inicio de la Revolución Francesa y como tal, el punto de inflexión entre un mundo que agonizaba, el del Antiguo Régimen, y una nueva sociedad más libre e igualitaria que emergió.
En la Revolución Francesa fue crucial la participación y toma de conciencia de un grupo social: la burguesía, en torno a su capacidad para convertirse en motor de la sociedad de su tiempo. Ante su extraordinaria pujanza, los estamentos privilegiados, clero y nobleza, no tuvieron posibilidad de reconducir los acontecimientos, y a la monarquía no le quedó más remedio que contemplar, impotente, su propio fin.
Los acontecimientos que veremos van de las causas (internas y externas), pasan por la convocatoria de los Estados Generales, las Constituciones e instauración de la Primera República Francesa, la instauración del Régimen del Terror y el Directorio hasta el Consulado o hegemonía del ejército con su consecuencia principal, el Imperio Napoleónico que representará a la burguesía.
