Totalidad

Totalidad

La historia se encarga de estudiar todo el acontecer humano, es decir, todas las formas de actividad desplegadas por los hombres a lo largo del tiempo: sus aspectos políticos, sociales, culturales, económicos, artísticos, religiosos, científicos, deportivos, así como la vida cotidiana, las ideas, el desarrollo tecnológico, etcétera. Estos aspectos entran dentro del campo de atención de la historia porque constituyen la experiencia de los hombres, el modo como una comunidad vive, se organiza y comprende el mundo.

Además de que sería imposible escribir una historia general, que integre todos y cada uno de los hechos y procesos históricos, la disciplina histórica se ha vuelto cada vez más especializada, tanto por sus métodos de investigación como por los temas que estudia. Podemos encontrar trabajos históricos que se concentran en un aspecto y periodo determinado de la historia de un pueblo (por ejemplo, la vida cotidiana en Francia durante la Baja Edad Media, o bien los problemas agrarios en el estado de Morelos en vísperas de la Revolución Mexicana); hay libros que tratan un problema histórico particular (la Segunda Guerra Mundial); incluso existen estudios sobre grupos sociales (los zapatistas o los afroamericanos), así como sobre la vida y obra de algún personaje.

A pesar de la especialización de esta disciplina, los historiadores contemplan a la historia como una totalidad. Ello significa varias cosas:

La historia engloba todos los procesos históricos que se dan en una sociedad a lo largo del tiempo. Estos procesos siempre están entrelazados en una relación de pasado-presente-futuro, e incluyen todos los aspectos del devenir humano (económicos, políticos, culturales, etcétera). ¿Acaso podríamos entender la Revolución Francesa sin tomar en cuenta las ideas de la Ilustración? ¿Cómo explicarnos un fenómeno como el nazismo sin acudir a la experiencia de Alemania en la Primera Guerra Mundial, a la crisis económica y política de los años treinta, incluso a una parte de su cultura? ¿La historia de México sería igual de no haber ocurrido la conquista española?

La historia abarca la experiencia de todos los pueblos y culturas del mundo, tanto del pasado como del presente, de aquellos que ya no existen y aquellos que perviven, de los que tuvieron escritura y los que no. La historia se ocupa de mostrar la enorme complejidad y riqueza de la vida humana. Así, por ejemplo, estudiar a los fenicios o a los olmecas nos permite conocer su legado, pero también nos ofrece un cúmulo de experiencias que van constituyendo nuestro conocimiento de lo humano, que nos permiten maravillarnos por lo que los hombres han sido y pueden ser, y que nos permiten aprender del modo como los seres humanos se han enfrentado a distintos problemas. Todos los pueblos y culturas tienen historia, todos forman parte de la historia humana.

La historia afecta a toda la sociedad. Los procesos de cambio que se dan dentro de un sector o parte de la sociedad inciden en el resto de esa misma sociedad (pensemos, por ejemplo, en la lucha de las mujeres sufragistas por conseguir el voto o en el levantamiento indígena de 1994 en Chiapas ¿acaso no incidieron en el resto de la sociedad mexicana?). De la misma manera, los procesos que se dan en alguna parte del mundo generalmente inciden sobre otros lugares. Difícilmente podríamos sostener que la guerra del Peloponeso (entre Esparta y Atenas, siglo V a.C.) afectó a los pueblos del continente americano, pero aunque América y Europa tuvieron mínimos contactos entre sí hasta el siglo XVI d.C., el legado político y cultural griego pasó a esta región del mundo.

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