Repercusiones

Repercusiones de la producción manufacturera a la fabril

En el periodo del capitalismo manufacturero la demanda de mercancías crecía, tanto la colonial como la de los países europeos, pero las posibilidades de crecimiento tenían un límite de producción por el uso de una tecnología de tipo manufacturero. La invención y difusión de máquinas romperían con esta limitación; el cambio técnico transformó las condiciones productivas: el capitalismo manufacturero devino en industrial. A diferencia del crecimiento tecnológico que ha caracterizado a los siglos XIX, XX y XXI, en el siglo XVIII los basamentos científicos y tecnológicos en sus primeros años no eran sorprendentes debido a que eran conocidos desde tiempo atrás; de hecho, artesanos, barberos, carpinteros y mecánicos, entre otros, serían los primeros inventores, se trataba de una respuesta más ingeniosa que científica.

Trabajo infantil en una fábrica de hilado

La fábrica implicó una nueva forma de trabajar, impuso una disciplina y un ritmo acelerado, a diferecia del taller, donde el trabajo estaba condicionado por el ritmo, hábitos, herramientas y fuerza del artesano. Las máquinas permitieron concentrar la propiedad sobre los medios de producción, cuando con la producción artesanal se hallaban predominantemente en manos de los artesanos; las mercancías se producirían en las fábricas y en torno a ellas se concentraría a los trabajadores asalariados, antes artesanos o agricultores.

A la creación y uso de las máquinas se sucede, como consecuencia lógica, la de las fábricas y con ello empieza la crisis de los talleres manufactureros y del trabajo a domicilio; pero también con ellas nace la incorporación de niños y mujeres al trabajo industrial, a quienes se les pagaría todavía menos que a los obreros varones. El trabajo manual y uso de herramientas se vieron trastocados por la llegada de las máquinas.

Trabajo femenino de una fábrica de hilado

Con la revolución industrial la producción de mercancías fue predominantemente usando máquinas en distintos sectores de la economía: agricultura, minería, industria y transportes. Las máquinas no sustituyeron totalmente el trabajo humano, pero en algunas etapas del proceso productivo, suplieron su fuerza y destreza, intensificaron su ritmo, multiplicaron su velocidad, hicieron el trabajo más productivo.

Sin embargo, en este proceso surgió inevitablemente el desempleo y la explotación del trabajo, lo cual tuvo como resultado el conflicto entre clases sociales: la burguesía propietaria y el proletariado, poseedor de su fuerza de trabajo. Esta lucha se manifestaría en movimientos obreros como el ludismo y el cartismo y expresiones políticas como el socialismo utópico y científico.


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Las luchas del siglo XVIII se transformarán, en las primeras décadas del siglo XIX, en un movimiento social contra el capitalismo industrial que imponía condiciones de trabajo de 12 y más horas de trabajo en fábricas y minas: insalubridad, falta de higiene y seguridad, salarios bajos y abuso de trabajo en mujeres y niños, sin jornadas de descanso, constante amenaza de despido por crisis económicas o no supeditarse a exigencias extremas. Por su parte, entre las condiciones de vida de los trabajadores se puede señalar: hacinamiento en sucios suburbios de las ciudades industriales, sin suficiente alimentación, bajas defensas contra enfermedades, susceptibles a vicios en un ambiente de miseria.

Urbanización y revolución industrial

Las condiciones de explotación llevan a crear una conciencia de la importancia del trabajo obrero para el desarrollo de la economía, la existencia de un reparto desigual de la riqueza y de la lucha por mejorar condiciones de vida y condiciones laborales. Las expresiones del movimiento obrero serán: ludismo (1811-1812) y cartismo (1839) en Inglaterra, la formación de asociaciones libres (ley de 1824) y el desarrollo de ideas que serán expresadas en el socialismo utópico. Además, surgen los Trade Unions (Uniones Obreras), las cuales dieron origen a los sindicatos, por fábrica u oficio que plantearon la reivindicación de derechos obreros. La tendencia sindicalista fue complementada con la búsqueda de derechos políticos. A mediados del siglo XIX como crítica a la sociedad capitalista industrial se desarrolla el socialismo científico, que planteará una praxis revolucionara con pretensiones de transformación radical de la sociedad, de las relaciones de explotación y desigualdad que genera.

Movimientos obreros