Proceso de escritura
Concebir a la escritura como un proceso de conocimiento va más allá de simplemente seguir ciertos pasos. Es fundamental lograr un texto que comunique lo que se propuso decir, a quiénes, con qué propósito y en qué contexto (o sea, lo que conocemos como situación comunicativa).
Cuando se escribe, se organizan distintos elementos del texto. Dicen Linda Flower y John Hayes que “la acción de redactar es un conjunto de procesos intelectuales organizados y orquestados por el escritor; esos procesos tienen cierta jerarquía; el acto de componer está conducido por objetivos –de distinto nivel- del escritor (objetivos de alto nivel y otros subordinados a éstos), que se van reformulando y relacionando durante el proceso y constituyen una especie de red cada vez más amplia”.
Una estructura básica del proceso de escribir, tal y como la presentan los estudiosos previamente mencionados, toma en consideración las condiciones externas de la tarea:
- El tema
- A quién va dirigido
- Quién o quiénes leerán el producto
- Con qué propósito o finalidad se realiza
Con base en este aspecto, se considera un asunto del mayor interés, que tanto se sabe
- del tema a tratar
- de quién o quiénes son los destinatarios
De los géneros discursivos, en este caso de los géneros académicos que se escribirán:
Es necesario además que, una vez que se tienen las suficientes certezas sobre el tema, los destinatarios y el género elegido para desarrollar un texto, se atienda, con rigor, a las propiedades o características textuales: la adecuación, la coherencia y la cohesión; considerar el registro (como parte de la adecuación) así como el cuidado de los aspectos gramaticales y sintácticos, sin descuidar la disposición espacial para así conseguir darle sentido y efecto de sentido al texto.
En la consecución de un buen escrito es necesario ejercitar diversas estrategias para conseguir el propósito planeado y, por lo tanto, el sentido del texto. Es fundamental tomar decisiones de distinto rango: revisar, evaluar lo escrito y, modificarlo si fuera el caso.
Todo este tejido es una parte central del proceso de escritura que no debe traslucirse en el texto. Las “costuras” que le hacemos al cuerpo textual deben desaparecer cuando el escrito se ha terminado.