Introducción
A mediados del siglo XIX, México no había logrado consolidar su Estado Nación. Eran tareas pendientes la reactivación económica, la reorganización administrativa y financiera así como la estabilidad política. La última presidencia de Santa Anna, centralista y autoritaria, agudizó la confrontación de los proyectos de Nación que defendían dos grupos políticos antagónicos: los liberales y los conservadores.
Tras el triunfo de la Revolución de Ayutla, cuyo plan contenía ideas generales en torno al liberalismo como la construcción de la Nación bajo la forma de República representativa popular, se promulgaron leyes que conformaron lo que se conoce como la Reforma Liberal. Esta se desarrolló en una situación de pugnas políticas y de enfrentamientos armados entre liberales y conservadores debido a que estos grupos tenían ideas diferentes sobre la construcción y el progreso del país.
Los liberales se preocuparon por impulsar cambios que permitieran la integración nacional en todos sus aspectos y que sentaran las bases para la formación del capitalismo, tal era el propósito de la “Ley Juárez”, la “Ley Lerdo”, la nueva Constitución de 1857 y las “Leyes de Reforma de 1859”. Los conservadores también se planteaban la modernización del país, aunque poniendo énfasis en el fomento de la economía por parte del Estado sin afectar significativamente los intereses económicos y sociales de las corporaciones tradicionales como la Iglesia y los militares. Ambos grupos políticos, en su práctica política, económica y social, aplicaron sus preceptos adecuándolos a las situaciones coyunturales del país.
Con este objeto de aprendizaje podrás estudiar el proceso de Reforma a través de los siguientes subtemas: