Las expresiones artísticas
A lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII fueron tres las corrientes artísticas que predominaron en occidente: el Manierismo, el Barroco y el Rococó. A continuación veremos las principales manifestaciones de éstas.
El Manierismo
Abarca la segunda mitad del siglo XVI; se puede localizar su origen en 1520 y se sitúa entre el arte clásico y el barroco, manifestándose más en la pintura y la escultura que en la arquitectura. El Manierismo tiene rasgos anticlásicos dado que recurre a artificios para deformar la representación clásica y las proporciones del arte del Renacimiento. El término resultó de la palabra maniera, la cual actualmente indica la etapa de decadencia de un estilo, aunque se trata de uno con rasgos propios que surgió en Italia y se expandió por Europa adquiriendo características que se distancian del clásico. Se puede decir que surgió como respuesta al ideal renacentista, cuyos fundamentos estuvieron en la armonía, proporciones, serenidad y equilibrio; pintores como Miguel Ángel, Leonardo, Rafael y Tiziano habían llevado a la cima dichos principios y parecía que ya nada podría superar ese arte. El historiador del arte E. H Gombrich expresa el sentimiento de las generaciones posteriores a estos pintores de esta manera:
Muchos, en realidad, dudaron de que el arte hubiera llegado a un punto muerto; si no era posible, después de todo, sobrepasar a los maestros famosos de la generación anterior, en su dominio de las formas humanas, tal vez lo fuese en algún otro aspecto. Algunos quisieron sobrepasarles en sus concepciones, pintar cuadros llenos de sentido y de sabiduría […] Otros, también, deseaban llamar la atención haciendo sus obras menos naturales, menos claras, sencillas y armoniosas que las de aquellos maestros. Tales obras […] son perfectas, pero la perfección no siempre resulta interesante. (Gombrich, 1994: 291-292).
El manierismo es, ante todo un desligamiento, una separación del canon clásico, de ahí lo peyorativo del término.
A continuación te presentamos algunas de las características del estilo manierista da clic en las pestañas del fichero.
Respecto a la representación en la pintura como en la escultura, está presente el alargamiento de la figura humana, contrario al canon establecido por el clásico, surge la figura serpentinata y el monumentalismo. La primera se refiere a una figura humana cuya posición puede ser espiral alrededor de un eje central, de modo que las extremidades inferiores se enfrentan en una dirección y el torso casi en la dirección opuesta, en una agraciada y, a veces, retorcida pose. Por su parte, el monumentalismo es la tendencia a introducir figuras de grandes proporciones en una obra de arte.
Observa las siguientes imágenes para que aprecies mejor el alargamiento y el monumentalismo.
Respecto a la composición está presente el abigarramiento y el horror vacui (horror al vacío), la multiplicidad de figuras y la fragmentación de las mismas con elementos y personajes incompletos.
Pasa el cursor encima de la siguiente imagen para ver un acercamiento de ella.
Figura serpentinata y composición abigarrada de las formas. Descenso de Cristo en El Limbo, Agnolo Tori (Bronzino), 1552.
En cuanto a la perspectiva lineal se deja de usar el punto de fuga único, centralizado y dentro del cuadro, para reemplazarlo por varios puntos de fuga en los lados y fuera del campo de visión.
En relación a la estructura de la composición se rompe con las líneas medias verticales u horizontales que marcan el horizonte, las cuales suelen cambiarse o complementarse por diagonales que contrapuestas buscan la dirreccionalidad. El manierismo se sitúa entre un dramatismo solemne o uno dinámico; así, frecuentemente los personajes dan la espalda al espectador, en pose de escorso abrupto, provocando que el tema principal se lleve a un lugar secundario.
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En lo temático, a diferencia del dramatismo de la imagen religiosa, la mitología llega a ser de un sensualismo casi lujurioso con una acentuación en lo erótico.