La unificación de ambos países se llevó a cabo a partir de ideas nacionalistas emanadas de algunos grupos que buscaban conformar una nación que enfrentara la competencia y la intervención de las potencias imperialistas que querían apropiarse del territorio, así como de los recursos naturales de la zona que conformara más adelante la Gran Alemania.
Sin embargo, otros grupos más radicales se valieron del patriotismo para acervar los sentimientos de germanización y así justificar actos de violencia indiscriminada hacia diversos grupos étnicos ubicados en lo que antes constituyó el imperio Austrohúngaro y la región de Polonia. Esas son las raíces del posterior Nazismo, cuando se llevó a cabo la destrucción o la usurpación de los bienes de los considerados enemigos.