Toda la poesía, aunque no contenga mecanismos rítmicos expresos como la aliteración o la onomatopeya, tiene ritmo. “Escribir poesía, es someterse al ritmo. La gran mayoría de los poetas sienten el ritmo como constituyente fundamental del poema, y la palabra como un aspecto dependiente del ritmo…El poeta escribe sometido a una regulación rítmica. El verso regular la impone de acuerdo a una serie de normas fijas; el verso libre nos permite amoldar el poema a nuestro estado emocional creando cada vez un ritmo nuevo, pero nunca eludiéndolo”. “…Poesía es ritmo…el (ritmo) poético responde a las necesidades del poeta y del hecho estético” (Kohan, (s/f).
El ritmo es fundamento de todo poema y se relaciona con diversos mecanismos de su construcción, entre los que se encuentran: 1) La elección de las palabras para producir una determinada rima (la naturaleza fonética y silábica de las palabras) 2) La organización en versos o estrofas 3) El contexto en que se produce y se lee el poema 4) La inclusión de silencios, e incluso, 5) Los problemas de traducción al momento de trasladare a otra lengua que no es la original.
Lee y escucha el siguiente ejemplo Canto Negro de Nicolás Guillén. Pon atención en su construcción sonora y rítmica.
Si quieres saber más sobre el ritmo y cómo utilizarlo para elaborar un poema revise Ritmo I.