Vida cotidiana

Vida cotidiana

Se ha visto que las ciudades europeas fueron centros de origen y transmisión de ideas e innovaciones durante los siglos XVI al XVIII. Asimismo, proyectan una imagen desde la dinámica, intereses y estilo de vida de las clases privilegiadas por el poder económico, político e ideológico que lograron detentar. De esta forma representan una base de gran relevancia en el desarrollo del capitalismo. Sin embargo, hay que aclarar que no todo en las ciudades era el florecimiento del arte –que como vimos, estaba destinado sólo a las clases privilegiadas como la Iglesia y la monarquía-. Veamos cuales eran los principales problemas de las ciudades que repercutieron directamente en la vida cotidiana de sus pobladores.

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Las grandes ciudades concentraron más de 5 000 habitantes, lo cual imposibilitó una relación directa entre las personas, los recién llegados pudieron incorporarse a ellas pasando desapercibidos; de hecho cuanto más grandes fueron las ciudades se volvió menos probable que los habitantes conocieran los distintos lugares de la ciudad. Se hicieron evidentes las diferencias sociales, económicas e incluso étnicas: cada clase social estuvo asentada en un espacio diferenciado del de los demás. El centro era para las clases privilegiadas de nobles y burgueses, o bien los muelles de puertos comerciales, donde residían en lujosas casas que dan a la plaza mayor o al mercado. En el lado contrapuesto, es decir, a más distancia de la zona central se encontraban las casas de familias más pobres y no propietarias, asentadas en barrios periféricos. Se distinguieron por sus bajos ingresos económicos, ahí se ubicaron los pequeños comerciantes, artesanos, campesinos carentes de tierra y privilegios, de vestimenta humilde y precaria alimentación, además fue allí donde habitaban delincuentes, mendigos y prostitutas.

Desde siglos atrás, la ciudad fue refugio de campesinos sin tierra y fugitivos de la ley, quienes vivían al resguardo del anonimato; también desde tiempos lejanos fue una suerte de tierra prometida de desheredados e indigentes. Aunque existen fuertes migraciones del campo a las ciudades, éstas no fueron tan grandes como las que conocemos después de los comienzos de la Revolución Industrial; sin embargo, la concentración de población que albergaron generó y agravó sus problemas.

Cortes de los milagros
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Refuerza los conocimientos adquiridos realizando el Ejercicio 3.

Las “Cortes de los Milagros” eran los lugares de París en los que vivieron los pobres, los mendigos, los delincuentes y las prostitutas desde el medievo. El escritor romántico Víctor Hugo las describe magistralmente en Nuestra Señora de París. Estas construcciones son demolidas a finales del siglo XVIII.

Callejón de la ginebra, William Hogarth,
1751 (grabado)

Sería hasta mediados del siglo XIX cuando se llega a asociar algunas enfermedades con el consumo de agua contaminada. Es a comienzos de este siglo cuando se mejora el sistema de abastecimiento de agua, gracias a las mejoras tecnológicas relacionadas con la fabricación de cañería de fierro colado, más salubre que la madera y la piedra. Los depósitos de agua solo existían en los barrios más acomodados de las ciudades, extendiéndose sólo paulatinamente a los demás. En las ciudades sin mucha población, las letrinas se construían en los patios y jardines de las casas, a distancia de éstas; en las ciudades industriales se construyó un sistema de alcantarillado donde se vertían los desechos domésticos junto al agua de lluvia, por ejemplo, Londres, Edimburgo, Bruselas, Berlín, mas todo esto descargaba en el agua de los ríos.

El triunfo de los representantes, William Hogarth, 1755

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