La cosmovisión o concepción del universo de los pueblos mesoamericanos es uno de los temas más estudiados de Mesoamérica.
En Mesoamérica ésta fue la base para explicar los orígenes y la organización del cosmos; el nacimiento de los dioses y la creación de la humanidad; las relaciones de los dioses entre sí; entre los hombres y sus dioses; y entre los hombres y la naturaleza.
El pensamiento mítico fue la manera de expresar los orígenes y definir las ideas sobre el tiempo y espacio humano. Los mitos cosmogónicos escritos y conservados de la época prehispánica son pocos. Para reconstruir los mitos, investigadores de diferentes áreas (antropólogos, historiadores, etnólogos, arqueólogos, geógrafos, lingüistas, teólogos, astrónomos, arquitectos, etc.) han recurrido al estudio de códices, inscripciones de los monumentos, ubicación de los edificios en los centros ceremoniales, pinturas así como fuentes orales entre los pueblos indígenas actuales.
En el mundo mexica cada una de las partes del mundo se asociaba con un dios: el negro correspondía a Tezcatlipoca y al norte, el azul y el dios Huitzilopochtli correspondían al sur; el blanco y el dios Quetzalcóatl al Oriente; el rojo y el dios Xipe Tótec al Occidente. Los cuatro dioses principales, alternadamente, habían creado las diversas humanidades que existieron y el mundo había existido varias veces consecutivas; a cada edad le llamaron Sol y los seres de cada una de ellas fueron siempre superiores a los de la edad anterior; cada una de las edades corresponde a una de las cuatro fuerzas primordiales: agua, tierra, fuego y viento. Los mexicas vivían en la quinta edad o Quinto Sol, llamada “Sol cuatro movimiento” o Nahui Ollin.
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En la cultura maya se representaba por el árbol cósmico Yaxché (ceiba) y los 4 Bacab (dioses portadores) que sostenían el firmamento. Se representan los 4 puntos cardinales y cada uno de los 13 niveles del Chaan (cielo) tiene su oxlanhuntikú (dios), con Hunab’Kú (padre de los gemelos y dios del maíz). Debajo de la tierra, que generalmente se representa como un caimán, se encuentra el Xilabá o inframundo con 9 niveles y los dioses gemelos que practican el juego de pelota.