Educación

La educación en México durante la segunda mitad del siglo XIX

La educación fue un proyecto fundamental en el proceso de construcción del Estado nacional. Existía el deseo de  aumentar el número de escuelas y de niños asistentes;  sin embargo, debido a los conflictos internos y externos resultó difícil organizar los recursos necesarios para la edificación de escuelas, para capacitar docentes y mantener una institución educativa a nivel nacional.

El artículo tercero constitucional de 1857 planteaba que la enseñanza era “libre”. La interpretación de este término no resultó tan fácil: para algunos significaba que el Estado no intervendría en la educación; para otros significaba que abría la puerta para enseñar cualquier cosa y los clérigos consideraban que se atacaba su monopolio sobre los contenidos. 

Salón de clase de una primaria en Tetela, Puebla ca. 1900. (Sinafo, CONACULTA-INAH).

 

El problema con la cual se enfrentaban es que aún no había las condiciones para establecer una política educativa consolidada ni tampoco un modelo educativo bien definido; en estos años la escuela pública adoptó el sistema lancasteriana, en el que la educación era una tarea compartida entre el docente y los alumnos mayores, quienes enseñaban sus saberes a los pequeños. Mientras tanto, las familias ricas pagaban tutores o enviaban a sus hijos a escuelas particulares; mientras que los jóvenes de clase media estudiaban con las “Amigas”, viudas y solteras que enseñaban a cambio de una cuota.

 

En la segunda parte del siglo XIX destacan tres etapas en el desarrollo del sistema educativo mexicano:

 

Segundo Imperio

En la época del emperador Maximiliano de Habsburgo se fundaron el Colegio Mexicano, el Hispano-Americano de Jesús, el Desfontaine, el Liceo Francés, el Francés-Mexicano para niñas y el Liceo Franco-Mexicano; instituciones en las cuales se podían cursar estudios primarios (básicos de 5 a 10 años) y secundarios (equivalente a la educación media superior básica de 10 a 14 años) en preparación de una carrera profesional. Dentro de estas escuelas elitistas, de corte francés, se estudiaban idiomas, aritmética aplicada, geografía, contabilidad y economía política. En cada escuela había una biblioteca y un laboratorio de ciencias.

Patio de la Real y Pontificia Universidad de México.
Reabierta por Maximiliano de Habsburgo para luego clausurarla nuevamente.

A partir de los 14 años, los jóvenes podían acudir a un Colegio para especializarse en la literatura, tecnología, la agricultura, la cerrare militar, el comercio, las artes, la farmacia, la veterinaria o la administración pública. La educación se organizó por el Ministerio de Instrucción Pública y se implementaron también por vez primera, siguiendo modelos europeos, la separación de alumnos por edad, la prohibición de actividades religiosas (misas, rezos, etc.), la supresión de uniformes escolares, las tareas escolares, el sistema de calificaciones y los exámenes finales.

Se revaloró el papel del docente limitando su horario de trabajo y mejorando su salario. Las universidades de México y Guadalajara se clausuraron y los seminarios se convirtieron en instituciones científicas y literarias para preparar a los profesionistas.