Hernán Cortés, Carta de Relación:
(México-Tenochtitlán) “Tiene otra plaza grande como dos veces la ciudad de Salamanca, toda cercada de portales alrededor, donde hay cotidianamente arriba de 60.000 ánimas comprando y vendiendo; donde hay todos los géneros de mercaderías que en todas las tierras se hallan, así de mantenimientos como de vituallas, joyas de oro y plata, de latón, de cobre, de estaño, de piedras, de huesos, de conchas, de caracoles y de plumas [...] Hay calles de caza, donde venden todos los linajes de aves que hay en la Tierra. Hay calles de herbolarios donde hay todas las raíces y yerbas medicinales que en la Tierra se hallan [...] Hay todas las maneras de verduras y frutas que se hallan [...] Cada género de mercadería se vende en su calle, sin que entremetan otra mercadería ninguna, y en esto tiene mucho orden. Todo lo venden por cuenta y medida, excepto que hasta ahora no se ha visto vender cosa alguna por peso. Hay en esta gran plaza una muy buena casa como de audiencia, donde están siempre sentados diez o doce personas que son jueces y libran todos los casos y cosas que en dicho mercado acaecen, y mandan castigar a los delincuentes. Hay en la dicha plaza otras personas que andan continuo entre la gente mirando lo que se vende y las medidas con que miden lo que venden, y se ha visto quebrar alguna que estaba falsa.”