Hacia 1880 se había desatado una gran rapiña entre los países imperialistas para repartirse África, o para ser más precisos, para completar el reparto, pues Inglaterra y Francia la habían comenzado tiempo atrás. Las ocupaciones dieron lugar a continuos enfrentamientos entre ellas, como el de Francia e Inglaterra por Egipto o el de Francia e Italia por Túnez.
Pero el problema del Congo fue lo que motivó a convocar a los países europeos a reglamentar las ocupaciones, la finalidad fundamental era establecer la libertad de navegación y comercio porque las metrópolis impedían que otros comerciaran con sus colonias. Recordemos que el desarrollo de la producción alcanzado en aquel momento requería el suministro de materias primas y mercados para colocar las mercancías. A iniciativa del canciller alemán Bismark, quien buscaba protagonismo en la repartición, se llevaron a cabo en la ciudad de Berlín dos reuniones, una en noviembre de 1884 y otra en febrero de 1885. Acudieron representantes de las grandes potencias, las de segundo orden y hasta las que habían dejado de serlo, en total asistieron 14 Estados.
Alevosamente, ningún representante africano participó en la reunión, situación que revelaba las verdaderas intenciones de la colonización africana si se considera que algunos de los objetivos, según los europeos los más meritorios eran civilizar a los africanos, enseñarles a vivir en paz y disfrutar de todas las bondades de la civilización occidental.
Uno de los acuerdos fue que las potencias se comprometieron a notificar cualquier anexión, la cual sería legal siempre y cuando se hiciera en zonas no ocupadas por otros europeos, además el territorio anexado debía ocuparse efectivamente para legitimar la posesión, dejando sin efecto los tratados previos hechos con los jefes locales. El gran beneficiario de la reunión fue Leopoldo II a quien se le asignó, como ya hemos mencionado, a título personal el Congo. Las negociaciones no estuvieron exentas de confrontaciones pues enfrentaban los intereses de países muy poderosos, las dos grandes potencias –Inglaterra y Francia- protegiendo sus posesiones y cuidando que el contrario no le superara, y el resto buscando conseguir una colonia por primera vez o ampliar sus pequeñas posesiones.
Participantes en la conferencia de Berlín |
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Estados participantes |
Jefe de Estado |
Jefe de Gobierno |
Representante/participante |
Imperio alemán |
Guillermo I |
Otto von Bismarck |
Otto von Bismarck, Paul von Hatzfeldt, Clemens Busch y Heinrich von Kusserow. |
Imperio Austro-Húngaro |
Francisco José I |
Eduard Taaffe |
Emerich Széchényi de Sárvári Felsö-Vidé |
Bélgica |
Leopoldo I |
Auguste Beernaet |
Gabriel Auguste van der Straten-Ponthoz et Auguste Lambermont |
Dinamarca |
Cristian IX |
Jacob Brønnum Scavenius Estrup |
Emil von Vind |
Reino de España |
Alfonso XII |
Antonio Cánovas del Castillo |
Francisco de Benomar |
Estados Unidos |
Chester Alan Arthur |
Chester Alan Arthur |
John A. Kasson y Henry Shelton Sanford |
República Francesa |
Jules Grévy |
Jules Ferry |
Alphonse Chodron de Courcel |
Reino Unido |
Victoria |
William Ewart Gladstone |
Edward Malet |
Reino de Italia |
Humberto I |
Giovanni Giolitti |
Eduardo de Launay |
Países Bajos |
Guillermo III |
Jan Heemskerk |
Philipp van der Hoeven |
Reino de Portugal |
Luis I |
Fontes Pereira de Melo |
António José da Serra Gomes y António de Serpa |
Imperio Ruso |
Alejandro III |
Mikhaïl Kristoforovitch Reutern |
Pierre Kapnist |
Suecia-Noruega |
Oscar II |
Robert Themptander |
Gillis Bildt |
Imperio Otomano |
Abdul Hamid II |
Mehmed Said Paşa |
Mehmed Said Paşa |
Fuente de la tabla: Wikipedia (s/f). Conférence de Berlin. Recuperado de http://fr.wikipedia.org/wiki/Conf%C3%A9rence_de_Berlin (noviembre, 2015).
Una vez concluida la Conferencia los enfrentamientos continuaron por lo que los países tuvieron que establecer entre ellos una serie de tratados para delimitar las fronteras, por ejemplo, Inglaterra firmó 30 con Portugal, 25 con Alemania y 149 con Francia (Ferro, 2000: 109), era evidente que los acuerdos de la Conferencia no habían logrado resolver las disputas territoriales, pero habían servido para que las potencias midieran sus fuerzas y construyeran sus alianzas con miras a posibles enfrentamientos.
Al momento en que se inició el reparto de África, el 90% del territorio estaba gobernado por africanos, para 1900 la proporción se había invertido y en 1914, África se encontraba totalmente repartida entre las potencias imperialistas, salvo por dos territorios que permanecían independientes: Liberia y Etiopia. La primera era una colonia norteamericana fundada en 1822, en donde se refugiaban los esclavos que huían de Estados Unidos y a la que le concedió la independencia en 1847 para evitar que cayera en manos de los ingleses, de cualquier manera, el nuevo gobierno siguió estando bajo la influencia estadounidense. Etiopía, por su parte, logró mantener su independencia al derrotar a los italianos en 1896 en la Batalla de Aduaque. Una mirada a los acuerdos del Acta General nos permite observar las verdaderamente preocupaciones de las potencias imperialistas.
Acta General de la Conferencia de Berlín
Capítulo I. Declaración relativa a la libertad de comercio en la cuenca del Congo, sus bocas y regiones circundantes, con otras disposiciones relacionadas con esta actividad.
Capítulo II. Declaración relativa al comercio de esclavos.
Capítulo III. Declaración relativa a la neutralidad de los territorios comprendidos en la cuenca del Congo.
Capítulo IV. Ley de la navegación para el Congo.
Capítulo V. Ley de navegación para el Níger.
Capítulo VI. Declaración relativa a las formalidades esenciales que habrán de llenarse para que se consideren efectivas las nuevas ocupaciones en las costas del continente Africano.
Capítulo VII. Disposiciones generales
Fuente: Dipúblico.org. Derecho Internacional. (2015). Acta General de la Conferencia de Berlin (26 de febrero de 1885). Recuperado de http: //www.dipublico.com.ar/3666/acta-general-de-la-conferencia-de-berlin-26-de-febrero-de-1885/ (junio, 2015).