India
La presencia de los europeos en el continente indostánico comenzó en la India a mediados del siglo XVIII, cuando los ingleses hicieron contacto comercial con ella a través de la East India Company (Compañía de las Indias Orientales). En esa época la presencia extranjera tenía la intención de comerciar con los productos indios, en este caso los textiles y las especias. La compañía tenía absoluta libertad de acción para establecer acuerdos con los gobernantes locales y solía usar todo tipo de métodos para conseguirlo, desde acuerdos pacíficos hasta enfrentamientos armados como la guerra contra el gobernante de Bengala en 1757, hecho que se considera el inicio de la conquista de la India.
Un siglo después, la Compañía ya tenía en sus manos el control de casi la totalidad del territorio y dominaba a los gobernantes locales, pero debido a la rebelión de los cipayos (soldados indios al servicio de la Compañía) en 1857, y al descontento que generaba la corrupción existente en la compañía, ésta fue abolida en 1858 por lo que su administración quedó en manos de la Corona británica a través del Ministerio de la India y su gobierno asignado a un virrey. Formalmente la India era una colonia inglesa.
En 1876 la Reina Victoria se erigía como Emperatriz de la India calificando al territorio como la “joya de la corona”, título que daba cuenta de sus enormes riquezas, mismas que permitieron que su conquista se llevara a cabo con los recursos extraídos mediante su explotación, e incluso sirvieran para financiar la conquista de África. Entre 1870 y 1890 se completó la ocupación de otras áreas aledañas al territorio hindú, como Afganistán, Birmania, Cachemira, Beluchistán (Pakistán), Malasia, Ceilán y varias islas más.
El imperio británico en la India en 1914
A la península Indochina llegaron los europeos en el siglo XVI con fines comerciales. Su conquista la comenzó Francia por Cochinchina en 1859, enseguida los territorios meridionales de Vietnam en 1860, después siguieron Camboya en 1863 y Laos en 1893. En todos estos lugares se opuso resistencia a los invasores, pero siempre fueron vencidos. La ruta de conquista francesa se dirigía hacia el norte pues estaban interesados en China, a la que le declararon la guerra desde el territorio de Tonkín. Una vez que se adueñaron de Annam, nombraron en 1897 a todo el territorio “Unión Indochina” y establecieron la región china de Yunnan como zona de influencia. De manera muy hábil aprovecharon a su favor la división de la población, producto de las contradicciones interétnicas de los numerosos pueblos que habitaban la península, esto sirvió para comprobar una de las justificaciones de la conquista: la pacificación de la región.
Su método de “pacificación” fue incendiar aldeas, masacrar civiles, ejecutar a los adversarios, fusilar a los que huían de los trabajos forzados, etcétera, como sucedió en Tonkín o en Hue, parte central de Vietnam, en 1885, en donde 11 franceses asesinaron aproximadamente a 1,500 vietnamitas y destruyeron los palacios, bibliotecas y saquearon la ciudad. Colocaron la figura administrativa de protectorado en los tres países con gobernantes nativos por lo que estaban totalmente sometidos a los conquistadores franceses. Como en todos los casos de colonización, el denominador común fue la violencia, la humillación y la explotación de sus habitantes.
Después de numerosos levantamientos en contra del opresor y de miles de vidas arrebatadas por la furia imperialista, Vietnam conseguirá su independencia en 1954. Muy poco tiempo disfrutarían de su libertad porque de inmediato cayeron en las garras del imperialismo norteamericano, del cual se liberaron en 1975 después de pelear una de las guerras más infames de la historia contemporánea.
En el siguiente mapa se muestra un recorrido cronológico del avance colonialista francés.
Conquista de Indochina