La expansión territorial y el colonialismo se desenvolvieron de acuerdo con los distintos momentos del desarrollo capitalista. A finales del siglo XV y durante el XVI las exploraciones geográficas llevaron a los españoles al continente americano y a los portugueses a África y la India. Poco tiempo después, otros Estados europeos seguirían el ejemplo para que a finales del siglo XVIII Francia, Holanda e Inglaterra formaran parte de la lista de los países colonialistas.
La muerte de muchos hindúes tras la invasión británica
La colonización de finales del siglo XIX estuvo incentivada por dos situaciones peculiares. De una parte, por la gran crisis económica que inició en 1873 y que afectó a la Europa industrializada y a Estados Unidos. Esto explica la intensa pelea entre los países imperialistas por apoderarse de territorios que les proporcionarían los mercados para la venta de sus enormes reservas de mercancías y el sitio conveniente para la colocación de sus cuantiosos capitales acumulados.
Por otra parte, debe considerarse que la segunda revolución industrial había desarrollado procedimientos novedosos que requerían de ciertas materias primas que eran escasas o inexistentes en los países industrializados, y ya que de los niveles de producción dependía el poder de una nación, los gobiernos de estos países asumieron como asunto de Estado la garantía de su suministro, por lo que hicieron suyos los intereses de los capitalistas y se involucraron en las disputas territoriales. En pocas palabras el colonialismo se presentaba como una gran oportunidad de paliar la crisis.
Es importante tener en cuenta que en la política expansionista también entraron en juego motivos de índole ideológica como el afán de prestigio y la idea de superioridad. Una potencia ganaba prestigio en función de qué tan grande fuera la extensión de sus posesiones coloniales, por ello se puede entender que se anexaran territorios que carecieran de importancia económica, la consigna era apropiarse de ellos antes de que el enemigo lo hiciera. En esa disputa imperialista nunca se cuestionó la validez moral de la conquista y la explotación de recursos y de los seres humanos, eso estaba fuera de discusión puesto que el europeo, particularmente el del norte, había asumido su superioridad racial, y en consecuencia, su misión de llevar a las zonas atrasadas la civilización y el progreso.
En este contexto es que tuvo lugar el hecho de que los países con desarrollo industrial ejercieran su dominio sobre los países atrasados y los anexaran a sus posesiones territoriales, situación que no se había vivido, pues antes de 1830 el número de potencias importantes era de cinco, mientras que en 1914 la cifra ya se había duplicado.
Así, Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, los Países Bajos, Estados Unidos y Japón protagonizaron la pelea por ocupar nuevos territorios en África, Asia y el Pacífico. Al respecto, Eric Hobsbawm apunta que aproximadamente la cuarta parte de la superficie del planeta se repartió entre media docena de Estados en el período de 1876 a 1915, conformando al mundo como un mosaico de territorios coloniales y semicoloniales.
Con este material relacionarás la dinámica imperialista con la expansión colonial y la rivalidad entre las potencias.