Durante la Guerra Civil (1936-1939), el país se dividió en dos bandos: el republicano y el nacionalista. El primero, grupo heterogéneo de distintas procedencias, defendía el Estado laico, la autonomía de las regiones, el parlamentarismo y las clases trabajadoras, mientras que el segundo bando defendía el orden tradicional de la propiedad y los privilegios de la aristocracia, la burguesía y el clero, el gobierno centralista monárquico o fascista, el autoritarismo y el catolicismo.
Republicanos durante la guerra civil española
El bando republicano recibió apoyo de voluntarios procedentes de Europa y de los E.U. para luchar contra los nacionalistas y luego se organizaron las Brigadas Internacionales con apoyo de la Unión Soviética en octubre de 1936. Con el fin de contener el eje nazifascista de Roma-Berlín, la Gran Bretaña y Francia optaron por no intervenir en España, mientras que precisamente Hitler buscaba el apoyo de Francisco Franco para ampliar el conflicto con las potencias occidentales, además de obtener, a través de la alianza, materias primas para su esfuerzo bélico.
La Unión Soviética siguió mandando apoyo al Frente Popular, a pesar de haber aceptado la no intervención británica, y aprovechó para liquidar a los principales líderes de izquierda española que se alineaban con el ideario estalinista. En 1937, con apoyo de tropas nazifascistas, los nacionalistas ejecutaron la “Operación Cóndor”, en la que cayeron muchas ciudades republicanas, como la de Guernica que fue magistralmente retratada por Pablo Picasso. Se replegaron a Cataluña y resistieron el asalto franquista y nazifascista hasta el 28 de marzo de 1939, cuando las tropas del general Franco hicieron su entrada triunfal en Madrid, con esto se daba por hecho el fin del gobierno republicano e inició la dictadura franquista.
El franquismo logró su triunfo en España al interior debido al apoyo recibido del ejército, la iglesia católica, los grandes terratenientes, la alta burguesía industrial y financiera, e incluso, de una buena parte de las clases medias españolas; al exterior recibió recursos humanos y materiales de Alemania e Italia.
El balance de la guerra civil española fue de un millón de muertos y un país desgarrado por las diferencias ideológicas, por ello, para evitar represalias, muchos republicanos arribaron por exilio a Latinoamérica –particularmente a México-. Francisco Franco se autonombró como “Caudillo” y encabezó el país -aislado del resto del mundo- hasta el año de su muerte, 1975.
Muchas veces se ha comparado el régimen franquista con el fascismo italiano y el nazismo alemán. Sin lugar a duda, no fue un régimen tan extremo como el segundo, pero si autoritario y represivo hacia los grupos de la izquierda, o bien, como refiere el periodista y escritor George Orwell:
Franco no era estrictamente comparable a Hitler o Mussolini. Su ascenso se debió a un golpe militar respaldado por la aristocracia y la Iglesia y en lo esencial, especialmente al comienzo, no constituyó tanto un intento de imponer el fascismo como de restaurar el feudalismo. Ello significaba que Franco debía hacer frente no sólo a la clase trabajadora, sino a diversos sectores de la burguesía liberal, precisamente los grupos que apoyan al fascismo cuando éste aparece de una forma más moderna.
George Orwell, Homenaje a Cataluña, 1938
La España franquista fue antiliberal, antisocialista y anticomunista. La dictadura se dedicó a centralizar el país política, económicamente y culturalmente; y tuvo las siguientes prioridades: 1) la negación de la autonomía de las regiones y el establecimiento de un Estado nacionalista, 2) la defensa del catolicismo, 3) La defensa de los valores españoles y de los grupos de poder tradicionales.
Adolf Hitler y Francisco Franco
A pesar de tener admiración y cercanía con Mussolini y Hitler, la España de Franco nunca intervino en la Segunda Guerra Mundial. El caudillo nunca dio el paso como Mussolini de aliarse con Hitler más que nada por prudencia y porque Hitler jamás le había dado las garantías para obtener beneficios y ventajas en caso de participar.
Para saber más
Durante la guerra civil española, el presidente Lázaro Cárdenas acogió a 456 niños y niñas españoles que, enviados por sus padres para salvarlos de la guerra, arribaron a México el 7 de junio de 1937.
Conoce su historia aquí: Los niños de Morelia.
En 1939, cuando acaba la guerra y se instaura el régimen franquista, arriban muchos más exiliados republicanos: Exilio español en México.